Exterior de la Iglesia de Rocamador, dentro del conjunto del castillo fortaleza
La iglesia de Nuestra Señora de Rocamador forma parte del espacio del castillo, donde nació en su interior y con el paso de los siglos llegó a ser el edificio que hoy conocemos. La construcción de este edificio no finalizó hasta ya bien entrado el siglo XVIII, debido a los continuos períodos de guerra y recesión que atravesó la Villa.
De su exterior, destaca su fachada neoclásica que llega hasta las mismas murallas del castillo fortaleza, sus ya famosas escaleras y la torre herreriana. En su interior nos encontramos un gran templo rectangular dividido en tres naves, de estilo tardo-gótico con sus características columnas y bóvedas de crucería. Su interior, oscuro pero majestuoso en el que se aprecia muy bien el paso de los siglos y sus sucesivas ampliaciones y cambios.
Además de ser en sí misma un monumento histórico-artístico de carácter nacional, declarado en 1981, en su interior también podemos descubrir varias obras de arte de gran valor como el retablo del altar mayor, del s.XVII del taller de Churriguera, en el que está la Virgen de Rocamador, que da nombre al templo. O el famoso cuadro “La Virgen y los Santos Juanes” pintado sobre tabla por Luis de Morales “El Divino” en el siglo XVI.
La importancia de este templo también radica en su importancia histórica, no sólo para la historia de la villa de Valencia de Alcántara sino para la historia de España y Portugal. En este mismo templo, en 1497, se celebró el enlace entre la hija de los reyes católicos, la Infanta Isabel, y Manuel el Afortunado, Rey de Portugal, con el objetivo de lograr la paz entre los dos reinos. Es la famosa “Boda Regia” que se continúa celebrando todos los años con la recreación de ese enlace.